Mensajes de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorje de por Mes junio

¡Queridos hijos! Hoy estoy contenta a pesar de que todavía hay cierta tristeza en mi Corazón por todos aquellos que comenzaron a seguir este camino y después lo abandonaron. Mi presencia aquí es por tanto para conducirlos por un nuevo camino, el camino de la salvación. Por eso, Yo los invito día a día a la conversión, pero si ustedes no oran, no pueden decir que se están convirtiendo. Yo oro por ustedes e intercedo ante Dios por la paz: primero por la paz en sus corazones, después alrededor de ustedes a fin de que Dios sea su paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy, en este grandioso día que ustedes me han regalado, Yo deseo bendecirlos a todos y decirles: 'Estos días, mientras Yo estoy con ustedes, son días de gracia. Yo deseo instruirlos y ayudarlos a caminar en el camino de la santidad. Hay muchas personas que no desean entender mis mensajes y aceptar con seriedad lo que Yo estoy diciendo. Pero ustedes... Yo por eso los llamo y les pido que con sus vidas y con su diario vivir den testimonio de mi presencia. Si ustedes oran, Dios los ayudará a descubrir la verdadera razón de mi venida. Por eso, hijitos, oren y lean las Sagradas Escrituras, de tal manera que, por medio de mi venida, ustedes descubran en las Sagradas Escrituras el mensaje para ustedes.' Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy quisiera agradecerles todos sus sacrificios y todas sus oraciones. Yo los bendigo con mi especial bendición maternal! Yo los invito a que todos ustedes se decidan por Dios y a que día a día descubran Su voluntad en la oración. Yo quisiera invitarlos a todos, queridos hijos, a la conversión total para que el gozo reine en sus corazones. Yo estoy feliz de que tantos de ustedes estén aquí hoy. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a vivir los mensajes que YO les he estado dando durante los últimos ocho aos. Este es el tiempo de la gracia y Yo deseo que la gracia de Dios sea grande para cada uno de ustedes. Yo los bendigo y los amo con un amor especial. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito al amor que es leal y agradable a Dios. Hijos míos, el amor lo acepta todo, aún lo que es duro y amargo por amor a Jesús que es Amor. Por tanto, queridos hijos, oren a Dios para que El venga en su auxilio, pero no según sus deseos sino según Su amor. Entréguense a Dios para que El pueda curarlos y consolarlos y pueda perdonarles todo aquello en ustedes que es un impedimento en el camino del amor. Así, Dios podrá modelar sus vidas y ustedes crecerán en el camino del amor. Glorifiquen a Dios, mis queridos hijos, con el Himno a la Caridad para que el amor de Dios pueda crecer en ustedes día a día hasta su total plenitud. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy les doy las gracias y deseo invitarlos a la paz de Dios. Yo deseo que cada uno de ustedes experimente en su corazón esa paz que sólo Dios da. Hoy quiero bendecirlos a todos; los bendigo con la bendición del Seor. Les suplico, queridos hijos, que sigan y que vivan mi camino. Yo los amo, queridos hijos, y por eso los llamo -no sé ya cuántas veces- y les agradezco todo aquello que ustedes están haciendo por mis intenciones. Les suplico que me ayuden, para que Yo pueda ofrecerlos al Seor para que El los salve y los guíe por el camino de la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! En estos días, el Seor me ha permitido construir este oasis de paz. Yo deseo invitarlos a conservarlo, de tal manera que siempre sea puro. Hay algunos que con su desinterés destruyen la paz y la oración. Los invito a dar testimonio y a colaborar con sus vidas a conservar la paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! En estos días el Seor me ha permitido obtenerles muchas gracias. Por eso, queridos hijos, deseo invitarlos de nuevo a la oración. Oren continuamente, así les daré el gozo que el Seor me da a Mí. Con estas gracias, queridos hijos, Yo deseo que sus sufrimientos se transformen en gozo. Yo soy su Madre y deseo ayudarlos. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a comenzar a rezar el Rosario con una fe viva, así podré ayudarlos. Ustedes, queridos hijos, desean recibir gracias, pero no oran. Yo no puedo ayudarlos porque ustedes no se deciden a actuar. Queridos hijos, los invito a rezar el Rosario de tal manera, que se convierta para ustedes en un compromiso que estén dispuestos a cumplir con alegría. Así podrán comprender por qué estoy desde hace tanto tiempo con ustedes. Yo deseo ensearlos a orar. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a decidirse, si desean vivir los mensajes que Yo les estoy dando. Deseo que sean activos en vivir y comunicar mis mensajes. De modo particular, queridos hijos, deseo que todos ustedes sean un reflejo de Jesús que ilumine a este mundo infiel que camina en tinieblas. Deseo que todos sean luz para otros y que den testimonio de la luz. Queridos hijos, ustedes no han sido llamados a las tinieblas sino a la luz; por tanto, vivan la luz con sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado!
   




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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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