Mensajes de Medjugorje conteniendo 'personales'

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¡Queridos hijos! Ustedes saben que Yo deseo guiarlos por el camino de la santidad, pero no deseo obligarlos a ser santos por la fuerza. Yo deseo que cada uno de ustedes se ayude a sí mismo, por medio de pequeos sacrificios personales, de tal manera que Yo pueda guiarlos a estar cada día más cerca de la santidad. Por lo tanto, queridos hijos, Yo no deseo obligarlos a vivir mis mensajes, pero este largo tiempo que he permanecido con ustedes es seal de que Yo los amo inmensamente y de que deseo que cada uno de ustedes sea santo. Gracias por haber respondido a mi llamado!
Queridos hijos, lamentablemente entre vosotros, hijos míos, hay mucha lucha, odio, intereses personales y egoísmo. Hijos míos, ¡cuán fácilmente olvidáis a mi Hijo, sus palabras, su amor! La fe se extingue en muchas almas y los corazones están siendo atrapados por las cosas materiales del mundo. Pero mi Corazón maternal sabe que aún hay quienes creen y aman, que intentan acercarse lo más posible a mi Hijo, que incansablemente buscan a mi Hijo y, de esta manera, me buscan a mí. Son los humildes y los mansos que sobre llevan sus dolores y sufrimientos en silencio, con sus esperanzas y sobre todo con su fe. Son los apóstoles de mi amor. Hijos míos, apóstoles de mi amor, os enseño que mi Hijo no solo pide oraciones continuas, sino también obras y sentimientos; pide que creáis, que oréis, que con vuestras oraciones personales crezcáis en la fe, crezcáis en el amor. Amarse unos a otros es lo que Él pide: este es el camino a la vida eterna. Hijos míos, no olvidéis que mi Hijo trajo la luz a este mundo y la trajo a quienes quisieron verla y recibirla. Sed vosotros de esos; porque es la luz de la verdad, de la paz y del amor. Os conduzco maternalmente a adorar a mi Hijo, a amar conmigo a mi Hijo; a que vuestros pensamientos, palabras y obras se orienten hacia Mi Hijo y que estos sean en Su nombre. Solo entonces mi Corazón estará colmado. ¡Os doy las gracias!
   




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Para que Dios pueda vivir en sus corazones, deben amar.

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